Si están acaso pensando en iniciar cualquier tipo de demanda contra alguno de los miembros de esta omnipotente corporación, piensen de nuevo.

Fuimos declarados por el máximo tribunal como inimputables a raíz de una demencia galopante que nos aqueja desde hace varios años, producto del consumo desmedido de Naranjú en mal estado.

En el último conteo de neuronas alcanzamos las cincuenta y ocho células cerebrales.

Esta cifra, lamentablemente, no es el monto promedio que tiene cada uno de los que edificamos este sitio, sino que es la adición de todas nuestras neuronas, sumadas a las de nuestros apreciados suscriptos.

Volviendo al punto, cualquier medida legal que intenten efectuar en nuestra contra no sólo será infructuosa y estéril, sino que también nos hará exasperar y será tanto peor para ustedes.

No importa lo que tramen, tunantes y pillastres, ya somos inimputables.